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Hola, mi nombre es Eduardo

Mi nombre es Eduardo Viglioni y nací el 3 de enero de 1973 en San Ramón, Uruguay. Cursé estudios terciarios de Ingeniería Tecnológica en Electrónica, Analista de Sistemas y actualmente estoy estudiando la carrera de Licenciatura en Filosofía en la Universidad de la República Oriental del Uruguay.

Cuando estaba realizando mi formación secundaria en septiembre 1988, algo extraordinario sucedió en la ciudad de San Ramón: la localidad en la que vivía era visitada por naves procedentes del cosmos.

Dos años antes de que ocurriera lo hasta aquí narrado, se había organizado la estructura de un grupo que procuraba el contacto con seres de otros planetas, con sus primeros 33 miembros fundadores. El mismo que en diciembre de 1988 concurrieron a los campos del señor Bermúdez a investigar la zona. En aquellos años adolescentes todo era nuevo para mi, y la adrenalina jugaba un papel muy importante a la hora de tomar decisiones, así que, cuando supe por Carlitos, amigo de escuela y liceo, que en su propiedad se observaron objetos y marcas, tomé una grabadora y concurrí al campo a conocer más sobre estos hechos y las personas que los investigaban. Ahí conocí a “El Abuelo” y a “Ma. A. C.”, quienes apoyarían dichos grupos en San Ramón.

Las primeras reuniones a las que asistí se realizaron en casa de Delya Fagiani o “La Pocha”. Recuerdo que una mágica sensación se percibía en el ambiente mientras acomodábamos los viejos sillones de mimbre para escuchar a “El Abuelo” en la reunión.

En una ocasión, concurrimos una noche al campo con Juan, amigo de aquellos años, y con su madre. La luna llena lograba teñir una alfombra plateada en el pasto, seco por el sol del verano. Comenzábamos a sentir las voces del río, cuando a lo lejos divisamos por el norte una luz de color rojo intenso. Al principio supusimos que era un avión y no le dimos la suficiente importancia, pero comenzamos a notar, poco a poco, que el color rojo del “avión”, no era de las luces de posición, sino que todo el aparato irradiaba un color rojo uniforme, sin destellos. La forma del objeto era como la de un plato invertido y sobre la parte superior había un domo de luz plateado. Lo más extraño era ver como entre el plato y el domo podían verse las estrellas. Corrimos hacia las barrancas del arroyo, pues este objeto se acercaba cada vez más y más. Por un momento sentimos pánico, terror, pero después una sensación de paz llenó todo el ambiente.

Las salidas al campo los fines de semana, eran esperadas con mucho entusiasmo. En esas salidas, realizaba labores de soledad, armonización, relajación, concentración y meditación. Comenzaba los viernes por la tarde o sábado y culminaba al día siguiente; desde que tenía 14 años fue mi estilo de vida usual.

Esos años fueron de una intensa preparación a nivel físico, mental y espiritual: Ejercicios psicofísicos y ayunos, estricto vegetarianismo, muchas prácticas de preparación mental como ejercicios de concentración y meditación, -en fin-, todo lo necesario, para lograr encontrarse consigo mismo y poder contactarse con las jerarquías de la hermandad blanca. 

Finalmente, debido a la preparación realizada, en el 2001 viví mi primera experiencia xendra.

El Campo de Inteligencia Integrada Relacional (CIIR) entrelaza y vincula todas las entidades de la existencia. El Átomo Singular es el puente entre la individualidad y el CIIR.

¿Te ha sucedido que al pensar en una persona esta se contacta contigo poco después? ¿En algún momento has estado en apuro económico y te llega justo un dinero como “caído del cielo”? ¿Cuántas veces has llegado a un lugar distinto y lo reconoces como si ya hubieras estado allí? ¿Has vivido la experiencia de ver el mismo número en diferentes lugares, como si algo intentara señalarte algo?

Todo es información

En 2010, el físico Vlatko Vedral publicó en Oxford una obra titulada “Descodificando la realidad”, Biblioteca Buridan, 2010. Vedral afirma en su obra que el universo no estaría compuesto de materia ni energía sino de información. Es decir que, como lo manifiestan las siete leyes universales: “El Todo es mente, el universo es mental”.

Mejorar tu calidad de vida ¿Aún es posible?

La vinculación con el campo nos permite avanzar en nuestro autoconocimiento y el vínculo con los otros. El fluir en el campo nos permite leer los acontecimientos, sensibilizarnos ante los signos, señales y sincronismos que el universo nos manifiesta para indicarnos cual es el mejor camino para seguir.


Las “facultades superhumanas” son posibles: sanación, telepatía, ubicuidad, dermoóptica, pero sobre todo descubrir tu misión personal.


Transitando por insólitas experiencias con seres de esta y otras dimensiones, como lo sucedido con Ángello en la Plaza Independencia de Montevideo, Uruguay, pude aprender que el campo es una inteligencia que nos integra y habita a todos, y de la cual muchos no tenemos conciencia, o simplemente estamos bloqueados al vinculo, siendo esta la causa de malas decisiones, la perdida de bienestar y salud. (Descarga el libro desde Amazon)

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