Metamorfosis de la consciencia
Insólito, en aquel momento era todo insólito. Me llamaron de Aerolíneas Amazonas para decirme que realizarían dos últimos vuelos, uno desde Uruguay a Bolivia y el último desde Bolivia a Uruguay. Era noviembre de 2020, la “emergencia sanitaria” estaba en plena efervescencia.
Debíamos seguir las pistas sugeridas por un retornado, un ser humano rescatado por naves procedentes del espacio en una catástrofe singular -hablaré de esto con mayor profundidad en mi tercer libro “El advenimiento”-.
En relación a esto, en Capilla del Monte, habíamos encontrado las claves que nos conducirían a Tiahuanaco en ese singular 2020, éstas se relacionaban con el “Pachakuti”. De acuerdo con la cosmovisión andina el “pacha” es la unión de dos “machas”: Cuerpo y espacio, espíritu y tiempo.
El ser humano no solo es cuerpo, mente y alma, también es medioambiente.
Venimos de un periodo de fragmentación de estos principios, por lo que este Pachakuti representa el retorno o recomposición del pacha, un restablecimiento del orden, que desde el punto de vista de la “gran vida”, es más bien, un restablecimiento del proceso organísmico de este sistema local, de nuestro universo local.
El Quinto Pachakuti crearía un portal, pero aún más profundo, restablecería un flujo, un vínculo, por un canal que hoy está bloqueado. De esta manera, el Águila y el Cóndor quizás puedan volar juntos en un solo cielo, para unirse y dar lugar a un nuevo ser, una conciencia humana expandida, es decir, más integrada a la “gran vida”.
Hasta el 17 de julio estaremos aquí -en Bolivia- en una misión compartida con un grupo que se ha preparado un año para esto, colaborando en un proceso de “desbloqueo”, conexión y activación. En breve compartiremos más sobre este trabajo.
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