(Extracto de mi próximo libro: “El Campo de Inteligencia Integrada Relacional y el Átomo Singular”)
¡Oh, Arjuna! Cuando lo recibas, este conocimiento te sacará del mundo de la confusión, dándote clara visión. Verás que todo está en tu corazón, y que tu corazón está en Mí.
Bhagavad Gita
“Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos.”
Mateo 16:9
…Lo sorprendente, es que quince días después, al realizarse nuevos estudios para comenzar un profundo e invasivo tratamiento, el tumor se había diluido por completo. En aquellos años de adolescente mi experiencia no era mucha, pero me atrevo a decir sin lugar a duda, que nunca había visto a una persona tan sorprendida, feliz y agradecida.
¿Qué manifiesta mi corazón? No pudo negarlo. Me importa poco darles una definición lógica a los providenciales procesos de sanación alcanzado por muchas personas. No me interesa si fueron operados por sugestión, el poder de la creencia o la fe ¿acaso definir el proceso u otorgarle un nombre, tiene consecuencias en el resultado final? Lo importante para mí, es que hubo un mecanismo que incluyó diversos elementos que, integrados, tuvieron como efecto extraordinarias curaciones.
Este mecanismo era muy bien conocido y dominado por los embajadores del cielo mencionados anteriormente y por el Santo Pio. Veamos algunos sucesos asombrosos obrados por una persona que nada tenía que envidiar a los obrados por los mismísimos enviados de Dios.
"En Salto, en la década del 30, se encontraba cumpliendo funciones como Vicario General (secretario del Obispado, que en ese momento era ocupado por Tomás Camacho) un sacerdote, Monseñor Fernando Damiani. A este último que era de raíces italianas, el Obispo le había dado potestades para tener contacto con otras comunidades religiosas de Italia con la finalidad de traerlas a Salto.
Fue así que Damiani conoció y frecuentó al Padre Pío en Italia, con quien generó una amistad muy fraterna, posteriormente el Obispo Alfredo Viola, también mantuvo una amistad con el Padre Pío, por los lazos normales que se tejen dentro de la Iglesia Católica. Y Damiani llegó a mantener correspondencia con Pío, un fraile capuccino, de la localidad italiana de Pietrelccina.
Pero la amistad entre ambos era tal, que una vez cuando Damiani se encontraba en el convento de Pío, en Italia, y sufrió una descompensación de su estado de salud, Pío concurrió a verlo y en el fruto de esa amistad es que el sacerdote salteño le confiesa a Pío que le tenía «miedo» a la muerte y que quería «tenerlo al lado» en el momento que le llegara su turno. Porque confiaba en él como su amigo.
La historia cuenta que en ese momento el Padre Pío le dijo que "no se preocupara, que él iba a estar a su lado cuando le llegara la hora".
Así fue que durante el momento en que se estaba colocando la piedra fundamental para la construcción del edificio del seminario menor en Salto (edificio que hoy ocupa la Universidad Católica) en el mes de setiembre del año 1941, Monseñor Damiani empezó a agonizar y muere en una de las habitaciones del Obispado de Salto. En esos momentos, se desarrollaba un congreso eclesiástico donde confluían varios Obispos, y otras autoridades de la Iglesia.
Esa noche, al entonces Arzobispo de Montevideo, Monseñor Barbieri, que también era de la orden de los Capuccinos (al igual que Pío en Italia) le avisaron en la noche que Damiani estaba agonizando y cuando salió de su habitación para ir a la que se encontraba el sacerdote enfermo, por el corredor pudo ver la sombra de un fraile capuccino y así fue que preguntó después «¿hay algún capuccino acá?». «No», le contestaron los sacerdotes que estaban en ese momento generando aún más la incertidumbre de Barbieri.
De ahí trascendió la historia de que el Padre Pío, que decía tener el don de la bilocación, de poder estar en dos lugares distintos al mismo tiempo, estuvo en Salto dándole la extremaunción a su amigo, Monseñor Damiani." [1]
El don de ubicuidad o bilocación es la facultad paranormal de crear un doble mental que tiene la posibilidad de ocupar tiempo y espacio, logrando interactuar con el medio en el que se encuentra.
En 1962 Karol Wojtyla, quien sería conocido más adelante como Juan Pablo II, era vicario capitular de la diócesis de Cracovia y participaba en las primeras sesiones del Concilio. El clérigo escribió a San Pío una carta solicitando su intercesión y oraciones debido a que Wanda Poltawska, conocida psiquiatra y profesora padecía un cáncer terminal a la altura de la garganta. [2]
El 28 de noviembre, le llega una segunda carta del futuro Papa, donde se relataba lo siguiente:
“Venerable Padre, la mujer que vive en Cracovia, Polonia, madre de cuatro hijas, el 21 de noviembre, antes de la operación quirúrgica, recuperó instantáneamente la salud. Démosle gracias a Dios, y también a usted, venerable Padre, le doy las más rendidas gracias en nombre de la misma mujer, su esposo y toda su familia. In Xto. Carolus Wojtyla”.
Su santidad Juan Pablo II lo canoniza bajo el nombre de san Pío de Pietrelcina el 16 de junio de 2002.
San Pío de Pietrelcina no fue el único que hacía uso de estas facultades. Lo mismo sucedía con Teresa de Jesús en España. El jesuita Enrique Enriques manifestó que el padre Gaspar Salazar de la Compañía de Jesús habría visto a la Madre Teresa a muchas leguas de donde se encontraba recluida, ella se le apareció momentos antes de morir para decirle ciertas advertencias, más tarde, cuando se encuentra con la Madre, esta le confiesa haber realizado el portento debido a la “particular orden de Dios Nuestro Señor para ciertos efectos saludables”.
Se cuenta de San Martín de Porres que, en el siglo XVII, mientras barría el convento de Santo Domingo en Lima, Perú, lo veían simultáneamente junto a los esclavos en Maracaibo, Venezuela.
De acuerdo con el catolicismo, la confirmación de la santidad se efectúa después de un proceso de exhaustiva investigación de la vida de la persona implicada. La canonización es el proceso por medio del cual la Iglesia católica, declara como santa a una persona fallecida. En el proceso de beatificación se establece la duda procesal de si el candidato a santo ha sido consecuente con la vida cristiana en nivel heroico, o si por causa de la fe, ha padecido de un martirio. Además, para alcanzar la canonización se demanda de la realización confirmada de por lo menos dos milagros, aunque en el caso del mártir se requiere solo uno.
Pero no solo en el cristianismo se han podido observar estos fenómenos. También en el budismo esotérico conocido como Dzogchen, se han observado portentos semejantes.
El Dzogchen es una tradición de enseñanzas budista indo-tibetano y procura conquistar el estado primordial y condición natural de los seres, también conocido como "la naturaleza de la mente". Se dice que este fundamento primordial tiene las cualidades de pureza o vacuidad, espontaneidad (asociado con claridad luminosa) y la compasión. ¿Cómo era posible conquistar estos estados de la conciencia como para poder lograr tales prodigios?
[1] “Diario el pueblo”, Salto. Publicado en 21.03.2010
[2] José Ignacio Munilla Aguirre. Parroquia de El Salvador. Zumárraga (Guipúzcoa)
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