“Huellas en Nuevo México indican presencia humana en América hace 23.000 años”
Así se titulaba el artículo publicado por la agencia EFE con fecha del día 24 de septiembre del presente año 2021.
“Las huellas encontradas en el Parque Nacional White Sands brindan evidencia de actividad humana en las Américas entre los 23.000 y 21.000 años. Los hallazgos fueron publicados en la revista Science”.
El mencionado descubrimiento parece haber sido un guiño del destino.
En esa región de Nuevo México, precisamente en Las Cruces, a 120 km del Parque Nacional White Sands, el controvertido Daniel William Fry, manifestó haber tenido contactos con un ser de origen extraterrestre llamado Alan en el año 1950.
El visitante extraterrestre manifestó lo siguiente: “Nuestros ancestros vivían en la Tierra, como se lo habrá imaginado al ver el emblema (Una serpiente enroscada a un árbol); estaban muy avanzados y vivían en el sitio que las leyendas de los terrestres llaman Lemuria o Mu. Por otra parte, el desarrollo científico del continente de la Atlántida también era muy avanzado, al extremo de que sus científicos aprendieron a manejar la energía atómica con más habilidad de la que ustedes tienen actualmente. Había cierta rivalidad entre ambas naciones y el desastre era inevitable…”.
En el caso de Atlántida, algunos investigadores datan su debacle entre los 9000 y 12000 años, existiendo una migración tanto al Este como hacia el Oeste, siendo estos expatriados quienes estimularían el desarrollo cultural y científico de las civilizaciones egipcia, aimara, tolteca.
Ya en 1910 el austrohúngaro Arthur Posnansky afirmaba que América, —especialmente—, y cierta región de Bolivia, —Tiahuanaco— era la cuna de la civilización, con una antigüedad de por lo menos 17000 años antes de lo que se creía, incluso precedente al imperio incaico. El resultado de sus investigaciones fue expresado en un libro con el audaz título de "Tihuanacu, La Cuna de la Humanidad", libro que no le fue permitido editar en EE.UU.
Por otra parte, si observamos atentamente el conocido "Monolito Pachamama", "Monolito Bennett" o "Estela 10", observaremos en sus 7,30 metros de alto por 1,20 de ancho, una serie de grabados de una riqueza simbólica tan —o más— enigmática que las encontradas en Oriente Medio, todas estas civilizaciones afamadas y proclamadas como cuna de la humanidad.
En relación con esto, no podemos olvidar la entrevista realizada a Doña Pacesa, en la comunidad Challapampa, quien nos manifestaba como los bloques de andesita eran literalmente levitados para ser colocadas formando los majestuosos templos de Tiahuanaco.
¿Cómo poder desligar los orígenes del Ser Humano al fenómeno ovni y al contacto extraterrestre?
Otro científico —autodidacta— que afirmó en su momento sobre el posible origen del ser humano y posterior evolución en América fue Florentino Ameghino —argentino—, él se basó en los hallazgos realizados en el noroeste de la provincia de Buenos Aires para desarrollar su teoría.
En esta afirmaba la coexistencia entre seres humanos y la megafauna extinta en la zona pampeana e incluía un posible origen del ser humano y posterior evolución en América. A pesar de esto, la teoría sobre América como origen del Ser Humano, fue refutada en 1912.
Actualmente el cosmos parece marcar a América del Sur como el lugar señalado para el retorno del Maestro en esta era, y si nos ajustamos al antiguo adagio que manifiesta que “siempre hemos de transitar aquellos lugares en los que hemos estado antes”, quizás estemos en el tiempo indicado como para cerrar el círculo retornando al origen del cual partimos.
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