El origen de nuestras programaciones: El guerrero, el sacrificio, el trabajo, la misión, el servir. En la era de acuario, las condiciones están dadas para que el transitar del sendero espiritual sea de plenitud. Solo depende de nosotros.
EL LIBRO DE ENOC
¿Quién fue Enoc?
Enoc fue un patriarca bíblico, el séptimo después de Adán, abuelo de Lamec y bisabuelo de Noé, a quien se le atribuye la escritura del Libro de Enoc.
El Libro de Enoc es un escrito bíblico que forma parte de los escritos aceptados en la Biblia de los Setenta, misma que más tarde fue la base para conformar el Antiguo Testamento en el resto de las biblias cristianas. Aunque la Biblia de los Setenta es aceptada por la Iglesia Copta o Egipcia y por lo tanto lo es también el Libro de Enoc, éste es considerado un texto apócrifo por las iglesias cristianas.
UN PACTO EN EL MONTE HERMÓN
El Libro de Enoch describe a “200 ángeles” que aterrizan en el Monte Hermón entre la actual Siria, Líbano y la antigua Israel y se unen a las hijas de los hombres. Eran encabezados por un ser denominado Semiasas.
“Hagamos parejas con ellas y tengamos hijos” (Enoch, Libro de los Vigilantes 6:2)
Ante esta propuesta, el comandante Semiasas respondió que aquello era una locura, que eran ángeles (así los menciona el texto), aunque sabemos que eran en realidad cosmonautas pleyadianos y que no debían aparearse con los humanos. Les dijo: “si ustedes lo hacen, Dios me culpará a mí porque soy el comandante y el responsable por los pecados de todos ustedes”. Entonces juramentaron en involucrarse todos. A esto se le llamó “El Pacto del Monte Hermón” y todos se relacionaron con los seres humanos del planeta.
Ante todo esto, la Confederación intervino inmediatamente tratando de corregir el error de los Vigilantes, por lo que se esperó a que se produjeran los nacimientos de los mestizos, los cuales fueron concentrados en una grupo de diez islas en el Océano Atlántico, la mayor de ellas llamada la isla de Undal y en donde sus padres extraterrestres se verán comprometidos a educarlos, dando lugar a la legendaria civilización de los Atlantes.
Ellos enseñaron a sus hijos, producto del mestizaje, las artes de la magia, y el presagio de las estrellas, entre otras. Uno de ellos fue Thot el atlante o Hermes Trismegistos quien había impartido el conocimiento de la tabla esmeralda, y junto con ella El Poimandres, La Llave y Asclepios, y como consecuencia de estos tratados, “El Kibalión”.
El Kybalión es un documento de 1908 que resume las enseñanzas del hermetismo, también conocidos como los siete principios del hermetismo. Su autoría se atribuye a un grupo anónimo de personas autodenominados Los Tres Iniciados, aunque las bases del hermetismo se atribuyen a Hermes Trismegisto, mencionado anteriormente.
Los seres extraterrestres pertenecientes al universo material que fueron deportados a la tierra por estar en oposición al plan cósmico no podían concebir ni aceptar un Universo Espiritual más allá del mental. La aceptación de esto significaba reconocer como válida la misión colectiva del ser humano originario del planeta Tierra y su posible éxito, que supone destrabar el proceso de evolución cósmico.
Dada la experiencia directa que miles de seres humanos tuvieron con la intervención extraterrestres, estudiadas por muchos investigadores y transmitida por todos los contactados, los seres humanos hemos sido sometidos a manipulación genética, esclavitud para realizar trabajos forzados en las minas y hasta hemo sido soldados esclavos. Estas experiencias han logrado asimilar, integrar a nuestro vocabulario, de forma aprendida o heredada genéticamente, conceptos que hemos naturalizado y que nos programan a realizar acciones en ese sentido.
El proceso creativo se puede aprender. Hay diferentes niveles de potencia en cuanto a la capacidad de crear. Estos diferentes niveles de potencia tienen que ver con los diferentes grados de profundidad en cuanto a las experiencias que hemos tenido en esta línea.
Estos grados de profundidad en cuanto a experiencias, tienen una causa por la cual no podemos ir más allá de las posibilidades que creemos tener. Estas causas que limitan nuestra capacidad de trascender las experiencias que hemos tenido, forman parte de nuestras programaciones, filtros y bloqueos internos.
A lo largo de miles de años hemos alimentado creencias que de alguna manera han incidido en nuestra forma de comportarnos y atraer experiencias relacionadas a esto. Ahora veamos algunos conceptos integrados por medio del lenguaje, que es la principal cualidad humana y la cual le otorga uno de los mayores poderes creativos:
Profundizaremos en algunos conceptos teniendo en cuenta el diccionario de la “Real Academia Española”:
El servir y el trabajar:
1. intr. Estar al servicio de alguien. U. t. c. tr.
2. intr. Estar sujeto a alguien por cualquier motivo haciendo lo que él quiere o dispone.
3. intr. Dicho de un instrumento o de una máquina: Ser a propósito para determinado fin. “Estas tijeras sirven para podar.”
Los esclavos trabajadores, sirven. Esta programación proviene de cuando servíamos en las minas de los invasores extraterrestres, los creíamos dioses, y el “servirles” se convirtió en nuestro objetivo primordial para alcanzar la su “gracia”. Lo que “sirve” en algún momento deja de “servir” y es desechado o abandonado, tendrá fecha de caducidad. “Sirve” quien es subyugado, manipulado, o tratado como un objeto.
El término que deberíamos emplear es el de co-laborar, el colaborar no tiene “fecha de caducidad”. Esta palabra refiero al hecho de realizar una labor en forma comunitaria, integrada. El eje de la labor es la comunidad, es el nosotros. En cambio, el “servir” implica ubicar el eje en el otro. Cuando el objetivo se centra en el otro se corre el riesgo de perder el eje uno mismo, de olvidarse de sí mismo, del crecimiento personal.
También debemos sustituir “trabajo” por “labor”. Esta palabra deriva del latín tripalium, que era una herramienta parecida a un cepo con tres puntas o pies que se usaba como instrumento de tortura para castigar esclavos o prisioneros. De ahí que tripaliare significa ‘tortura’, ‘atormentar’, ‘causar dolor’.
El guerrero:
1. adj. Perteneciente o relativo a la guerra.
2. adj. Que guerrea. Apl. a pers., u. t. c. s.
3. adj. Que tiene genio marcial y es inclinado a la guerra.
Esta programación implícita en el lenguaje hablado la venimos arrastrando desde los tiempos en que éramos soldados esclavos y no peleábamos nuestras propias guerras. Dejemos de decretar que somos guerreros. Cuanto más nos posicionemos desde el lugar guerrero, más guerras y resistencias encontraremos. No somos soldados para vivir en lucha abnegada constantemente. El guerrero guerrea, y no es nuestra función colaborar así en nuestro sistema. Por supuesto que debemos empoderarnos de nuestra fuerza y tenacidad ocupando nuestro lugar en el cosmos, pero no desde la resistencia, sino desde la trascendencia, desde el amor incondicional, que es el efecto de una aceptación incondicional. Esta es la fuerza de la gota que orada la piedra. A este planeta hemos venido a aprender a amar, y desde ese lugar debemos colaborar.
Misión:
1. f. Acción de enviar.
2. f. Poder, facultad que se da a alguien de ir a desempeñar algún cometido.
3. f. Comisión (‖ encargo).
4. f. Comisión temporal dada por un Gobierno a un diplomático o agente especial para determinado fin.
Los soldados esclavos cumplían misiones en tiempos pretéritos. Durante un milenio entero, los musulmanes utilizaron de forma usual y premeditada a los esclavos como soldados. Esto tenía lugar en casi todo el mundo musulmán, desde África Central hasta Asia central, desde España a Bengala y puede que más allá.
“Cumplir una misión” obedece a un mandato externo, mientras que, “realizar una labor” obedece a una realización que parte de un impulso interno. Debemos desprogramar el significado de “cumplir con una misión” por “realizar una labor”.
El sacrificio:
1. m. Ofrenda a una deidad en señal de homenaje o expiación.
2. m. Acto del sacerdote al ofrecer en la misa el cuerpo de Cristo bajo las especies de
pan y vino en honor de su Eterno Padre.
3. m. Matanza de animales, especialmente para el consumo.
4. m. Matanza de personas, especialmente en una guerra o por una determinada causa.
“La revolución supuso el sacrificio de miles de vidas”.
En el pasado y aún en el presente, se realizan sacrificios pues la energía desprendida del sufrimiento sirve de alimento a ciertas entidades del bajo astral, de la oscuridad. Lo mismo sucede con las guerras fratricidas.
La palabra “sacrificio” se la asocia a la entrega total, pero con dolor, una suerte de esclavitud aceptada abnegadamente, y que conlleva a una futura riqueza en el cielo.
Esta palabra no debe ser asociada con el dolor, con el entregarse de sí mismo, con la
abnegación, la resignación, el peso de “cargar con la cruz”, ni con la muerte. No se trata de dar la vida por el o los otros, se trata de laborar por el colectivo en el cual uno está incluido.
Sacrificio proviene de “oficio sagrado”, y este debería cumplirse con felicidad, viviendo la realización en su mas amplio sentido. Es la labor que te da la oportunidad de ser quién eres realmente. El amor incondicional es la base de la realización del “oficio sagrado” y esto es la causa de felicidad.
Teniendo en cuanta lo anterior, comencemos a desprogramarnos del lenguaje y su carga de creencias y de esta manera nuestro transitar en el camino de luz será mas favorable. En la era de acuario, las condiciones están dadas para que el transitar del sendero espiritual sea de plenitud. Solo depende de nosotros.
Comments