Sabíamos que el 21 de junio del presente año 2021, no sería un solsticio más. En dicho día, cuya suma da 14, se manifiesta a pleno la clave del retorno, o como el retornado (Ángello) prefiere llamarlo: el advenimiento.
El solsticio se produjo a la 3:33 UTS de acuerdo con la web especializada “El cielo del mes”. Para los griegos el solsticio de invierno se definía como “La puerta de los dioses”, siendo la clave 14 la continuidad y el renacimiento.
En enero del año 2004, viviríamos una experiencia de contacto en “Cuevas de las manos”, provincia de Santa Cruz, Argentina. Allí se nos manifestó una información muy significativa sobre el maestro de Galilea o, mejor dicho, el maestro del círculo, —“Galilea” proviene de “Galil” que significa Círculo—.
El maestro de la era de piscis, habría ocupado el número 13 junto a 12 de sus discípulos, anunciando su retorno en el futuro, ocupando simbólicamente el número 14 en la era de acuario.
Pero no solo el Mostro de la era de piscis habría prometido retornar.
Otro maestro que prometió volver fue Maitreya, quien sería el sucesor de Siddhartha Gautama (el Buda histórico actual) el cual anunció a Maitreya como el nombre del próximo Buda. Así mismo, para los pueblos originarios andino-amazonicos, Pachakuti es un arquetipo espiritual, ellos esperan el retorno de Wirajcocha, aunque más bien, se piensa como un símbolo y promesa de lo que nos podríamos transformar de forma colectiva.
En esta era, veríamos trasladada la potencia energética desde los Himalayas, a las regiones de Perú y Bolivia, especialmente el área abarcada por el nevado Sajama en el departamento de Oruro. Este movimiento del telurismo habría comenzado más o menos en 1948.
En la “Puerta del sol”, Tiahuanaco, Bolivia, las investigaciones de Arthur Posnansky arrojan las conclusiones de que la iconografía observada en dicho monumento se trataría de un calendario. En particular, el último pilar de la derecha marca el 21 de junio, el solsticio de invierno y el gran festival de Inti Raymi para los Incas (antiguamente llamado Wawa Inti Raymi, “fiesta del niño sol”) donde comienza el año nuevo aymara, o Willka Kuti. El 11 de junio de 2019 fue reportado en Belmore Lane, Hampshire, un círculo de cosecha con ocho lunas crecientes que algunos investigadores asociaron a la rueda del tiempo. La Luna representa el poder femenino.
Por otra parte, la estrella de Ishtar (Venus) tenía ocho rayos. El nombre Ishtar derivó de “estrella” en diversos idiomas (Star, Ashtar, Stela, etc). La luz de las estrellas representa la guía del mundo, el calendario cósmico del tiempo. La piedra azteca del disco solar contiene su calendario dentro de una rueda de ocho rayos.
Es muy significativo e importante para esta época, tomar en cuenta que la “Puerta del sol” en Tiahuanaco consta de 49 seres alados (7x7 = 49). También allí está el templo de Kalasasaya o templo de las 14 piedras paradas, y hacia el este se encuentra el templo Putuni con sus 14 recintos sagrados. Por lo que, Tiahuanaco, es un lugar muy importante relacionado con la clave del retorno, al igual que el nevado Sajama en Bolivia y el nevado Le Martial en Ushuaia. —Tiahuanaco habla más de futuro que dé pasado en sus ruinas—.
El 28 de Junio de 2007, aparece un agroglifo en West Kennet, Wiltshire, Inglaterra, en el que se aprecia un pasillo que flanqueado por tres puertas a la izquierda, tres a la derecha y una séptima al centro, además de constar de 49 (7x7 = 49) losetas en lo que vendría a ser el piso. Fue imposible no relacionar ambos portales (Tiahuanaco y el agroglifo), teniendo como hilo conductor al número 14, las 49 losetas y los 49 seres alados de la “Puerta del sol”, las siete puertas del agroglifo y del portal de Tiahuanaco.
Según el reconocido cronista Inca Garcilazo de la Vega, en su obra “Comentarios reales” menciona como el Padre Sol, por amor a sus hijos, envió a la tierra a su hija, en un rayo de plata. Este ser femenino descendió sobre la Isla del Sol, en el Lago Titicaca; y con la misión de colaborar con sus habitantes, les enseñó a urdir la lana, técnicas de siembra y a trabajar los metales: “Su nombre era ‘Orejona’ y venía del Planeta Venus, en donde la atmósfera es más o menos análoga a la de la Tierra”.
Sabíamos que el 21 de junio del presente año 2021, no sería un solsticio más. El 21/06/2021, cuya suma da 14, apareció en Rodfield Lane cerca de Winchester, Hampshire una estrella de ocho puntas. La estrella es el símbolo de lo espiritual por su fulgor en la oscuridad. Para Carl Gustav Jung, en los ritos de Mitra dice: “Soy una estrella que camina con vosotros y brilla desde lo más hondo”.
La estrella de ocho puntas es la estrella venusina, es el símbolo más antiguo de “La gran madre”, quien resguardaba al ser humano de las malas influencias y protegía las aguas y las cosechas. Precisamente, en el hemisferio sur, a partir del solsticio de invierno, la conmemoración del Willka Kuti, también pretendía la fortuna del buen desarrollo del ganado, las cosechas y de los territorios.
Todos los avatares de la diosa Inanna —Ana— están relacionados con el planeta venus, conocido como “estrella resplandeciente de la mañana” como principio de conexión.
Leamos Apocalipsis 22:16-17. “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”
Estos capítulos 16 y 17, pero en especial el número 17, me recordó a la lámina 17 del tarot: “La estrella”.
Según Jodorowsky, “La Estrella sugiere piedad y sumisión: uno se arrodilla en un templo, o ante un rey o una reina”, precisamente lo que me dijera el retornado cuando me habló del “advenimiento”, esto significa “acceso al cargo de un sumo pontífice o de un soberano al trono”.
Continúa Jodorowsky con el simbolismo de la estrella: “puede decirse, pues, que honra el lugar en que se establece. Pero su rodilla apoyada en el suelo puede ser también señal de arraigo: ha encontrado su sitio en la Tierra y está en comunicación con el cosmos. En la numerología del Tarot, el 7 es el grado más alto de la acción en el mundo. Existen numerosos puntos en común entre La Estrella y El Carro: ambos arraigan en la tierra; en el dosel del Carro brillan doce estrellas que indican su relación con el universo… Es tradicionalmente vista como signo de suerte, de prosperidad, de fertilidad. Simboliza la acción generosa. También se asocia al amor divino, a la esperanza, a la verdad (que sale desnuda del pozo).”
Las doce estrellas de “El carro” y las siete del arcano 17, representan al “wara wara jawira” o “río de estrellas”. En la lámina del arcano 17 al “río de estrellas”, le corresponde el río de la cual la mujer vierte los fluidos: “como es arriba es abajo”.
Por otra parte, el movimiento de los rayos de la estrella del 21 de junio pasado nos recuerda a la “estrella de las ocho beatitudes”, dibujada en rojo en un pergamino heráldico. Esta es, en realidad, una Cruz de “meditación” en su aspecto geométrico y sirve como clave para la construcción y desciframiento del alfabeto secreto de los Templarios.
La mencionada estrella muestra la disposición de las fuerzas creativas hacia el punto central. Esto encierra los cuatro elementos, los cuatro evangelistas, las cuatro grandes virtudes y las cuatro letras del nombre divino: Iod -He – Vau – He, nombre que pudimos ver en nuestra primera experiencia Xendra (año 2001) en el departamento de Treinta y Tres, Uruguay.
El agroglifo de la estrella nos muestra el aspecto femenino de la creación en todo su esplendor. Además de los aspectos simbólicos relacionados con venus, los rayos de la estrella formados por las figuras romboidales, —el rombo, según Hentze, es el emblema del órgano sexual femenino— definen aún más el aspecto femenino del símbolo como puente entre el cielo y la tierra y como equilibrio entre lo material y lo espiritual, la emoción y la razón.
Por todo lo anterior, la estrella nos dice: “Soy la madre que acoge y consuela cuando el dolor golpea, nutre cuando el hambre llega, doy confianza cuando la incertidumbre ciega, doy calma cuando la tormenta arrecia. Soy quien ilumina el momento más oscuro de la noche, mientras les anuncio que el sol llega. Soy la guía y la esperanza durante la prueba.”
Eduardo R. Viglioni
Claudia Domínguez. Imágenes originales. Tiahuanaco, Bolivia.
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